Quetzal Luna

Detrás del glitter, las pestañas y la peluca, Quetzal Luna muestras su lado más íntimo a través de un viaje llamado drag.

En este México infectado por el machismo, salir a la calle luciendo como una mujer sigue siendo toda una revolución, misma que Quetzal asume con orgullo. Después de todo, el drag le ha dado respuestas a grandes preguntas. Platicar con ella es conectar con un mundo en donde el aire se vuelve más ligero; habla y ríe mucho también.

Es el miembro más joven de la familia Y Ya, una de las más reconocibles dentro de la escena drag de la Ciudad de México. Estudia química en la UNAM, y a sus 18 años ha pisado importantes escenarios en concursos, fiestas y diversos eventos. Poseedora de una belleza resplandeciente y pulido estilo, podríamos creer que inició hace bastante tiempo, pero fue apenas hace un año cuando dejó que su pasión tomara forma femenina con tacones incluidos.

“Las primeras veces que me maquillaba, que me travestía, no me sentía completa del todo. Algo dentro de mí me decía que me estaba escondiendo y que no quería que las personas supieran que no estaba cómoda con mi género”, hoy esta duda ha quedado despejada, y con valentía se asume como una persona trans.

Lejos del miedo y segregación ante la diversidad, para ella tener una familia que la apoya e impulsa ha sido clave. Al preguntarle sobre la mejor experiencia que le ha dejado el drag, no menciona una corona ganada o una noche de fiesta, sino la primera vez que participó en un concurso teniendo a su mamá, hermano y abuela como principales fans.

En su historia faltan muchos capítulos y noches por bailar, mientras sigue su búsqueda en un laberinto que la lleva a perderse y encontrarse a sí misma. Al final de eso de trata, de arriesgar, de ser sin temer a los demás, porque como diría La Agrado en Todo Sobre Mi Madre, “una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma”.

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